Cuenca y la ciudad encantada

Uno de los lugares que más me ha gustado, por lo desconocido y por todo lo que podemos encontrar ha sido la ciudad de Cuenca, una ciudad pequeña pero con mucha historia entre sus calles, sobretodo en la parte antigua de la ciudad, donde podemos encontrar la catedral, pequeña pero donde se puede apreciar un techo precioso , un altar lleno de oro y lo que más me llamo la atención fue la talla de la última cena que podemos encontrar en su interior.

El castillo , situado en la parte más alta de la ciudad, al que se puede subir por un pequeño autobús , pertenece al siglo xiii y lo más bonito es que puedes subir a sus murallas y sentir el aire en la cara a la par de poder ver el paisaje de Cuenca por un lado y la ciudad de Cuenca por el otro, donde las casas colgadas y el puente que cruza cuenca hacen de la ciudad un lugar precioso.

Las casas colgadas situadas en el borde de un precipicio que da al rio Huécar , no son casas como tal sino balcones que quedan expuestos al vacío y que asomarse por ellos da un poco de cosilla. hoy en día quedan unas pocas siendo las más conocidas las tres que están encima una de otras, hoy en día son un museo de arte abstracto.

Al parecer datan del siglo xv aunque han sufrido varias remodelaciones.

Además de estas tres cosas que son de lo más importante de Cuenca, hay varias iglesias y ermitas para visitar y si hay algo que me llamó la atención y para mi fue una experiencia única y que tuve la suerte de que la casualidad me llevara a visitar fue un refugio antiaéreo, gracias a que vi una fila y preguntamos nos comentaron de la posibilidad de visitar un refugio y entramos.

Nos mostraron las salas que había en el refugio y como se movían en la guerra civil para quedar a cubierto de bombardeos aéreos, una experiencia única que además me hizo aprender algo más.

No muy lejos de la ciudad nos encontramos el misterio, el hechizo de la naturaleza , la Ciudad Encantada, un lugar lleno de belleza , un lugar donde respirar aire puro y tranquilidad es todo en uno , un lugar donde la imaginación y la mente abierta está a la orden del día, donde las rocas se transforman en figuras sorprendentes, como un perro, una foca, los amantes de Teruel , un oso panda o una tortuga dependiendo de como lo mires, etc... Todo ello nos trasporta a otro lugar y donde la estancia en él hace que no quieras irte , la Ciudad Encantada lo tiene todo y si vais en época de nieves, esto hace que sea una excursión perfecta.

Y ya por último al entrar en Cuenca no dejéis de ir a las cercanías del rio que le rodea , el Huécar, donde contemplareis la belleza que provoca el agua en su recorrido.